lunes, 31 de mayo de 2010

FRASECITAS

"El artista es responsable solo ante su obra. Si es un buen artista, será completamente despiadado. Tiene un sueño, y ese sueño lo angustia tanto que debe librarse de él. Mientras no se libra no tiene paz. Arroja todo por la borda: el honor, el orgullo, la decencia, la seguridad, la felicidad, todo, con tal de escribir su libro". (William Faulkner)

JUGANDO CON MIS SENTIMIENTOS



Ahora que atravieso momentos dignos de lo incierto. Ahora que hay ciertos temores y dudas que bailan. Sobre todo ahora que espero una llamadita o un mensajito me sucede esto. Hace diez minutos sonó mi celular. Yo pensé -sí esta debe ser la llamada que estoy esperando ¡Por fin una respuesta!-. Mi celular bloqueado, muevo teclas como loco y logro desbloquearlo. No era llamada, era un mensaje de texto. Lo leo y me impresiono:

"Eres una mezcla de divina ternura,dulzura, coraje y amor..." Hasta ahí mi corazón latía y mis piernas temblaban, sin contar las ganas de ir al baño, pero lo siguiente fue una cachetada a la ilusión y un HA-HA a lo Nelson. Lo siguente fue: "Te quiero mama! Recibe c/día 1 hermosa frase p/ dedicar a mama. Envía a MAMA al 2080".

Así que a las queridas promociones de Movistar les puedo decir: NO ME SIMPATIZAN.

RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.



ANTONIO MACHADO

domingo, 30 de mayo de 2010

UNA MÁS DEL FLACO: MÁS DE CIEN MENTIRAS

Porque siempre hay motivos para pasarla bien. Tenemos el sexo, el rock y la droga.



MOCKUS NO LA HIZO

Es lamentable pero el candidato a la presidencia de Colombia Antanas Mockus ha obtenido sólo el 21,5% de las votaciones mientras que Santos el 46,6%. Suficiente para pasar a la segunda vuelta pero inviable para ganarla. Al parecer Colombia ha optado por el continuismo.

COMO PREPARANDO EL TERRENO: EMBUSTERA

A pocos días del concierto de Joaquin. Aquí les va una joya de la venganza de Praga.



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sábado, 29 de mayo de 2010

ETAPA ZAVALITA II

Se acercan las elecciones, tanto municipales como universitarias. Por Lima siento una curiosidad, un cariño al ruido y una obsesión por aquel pasado sibilino y oligarca que guardan sus edificios viejos y persistentes. También viene a mí el agotamiento de una ciudad que anida el caos, que lo cultiva y lo legitima. Viene a mí el desconcierto y el vértigo por una capital huachafa y amnésica. Me huele mal el segundo lugar de Kouri, con sus credenciales fujimoristas. Aquella figura apocalíptica que representa, que se nos viene si sucediera que ganase. Por mi universidad, aquella huérfana de luces, no siento más que náuseas.

La Universidad Federico Villarreal es la capital del oprobio, la sucesión de lo no debido, la persistencia en el error, el triunfo de la cacosmia. Aquel edificio (“la central”). Aquel viejo edificio de la Colmena que hace muchos años fue la sede del colegio de La Inmaculada, donde estudió Aurelio Miró Quesada, Javier Prado y muchos más, ha atravesado un túnel oscuro y siniestro hasta convertirse en aquel infierno de ladrillos que es ahora. Uno puede entrar por la puerta principal y encontrarse con un busto en homenaje a Haya de La Torre con su inmensa papada inmortalizada. Alrededor de las escaleras del “paraninfito”, en sus muros, se encuentran las placas de antiguas promociones y junto a ellas los afiches de distintos grupos estudiantiles, de diversos colores, cada uno con su número de identificación. Me hacen recordar cinco años atrás, cuando ingresé, y sentía que aquel lugar, conocido por su fuerte presencia aprista, no podía ser tan malo, que quizás con un poco de esfuerzo y dedicación las cosas podían mejorar. Pero han pasado cinco años y lo único que ha cambiado soy yo.

Mis ganas y mis energías forman parte ya de la nostalgia, mientras que la suciedad de los baños, la inasistencia de los profesores, el insulto de los decanos, el reggaeton de los alumnos, el terror a los libros, las desérticas bibliotecas…todo eso sigue igual.

La Villarreal es un microcosmos de nuestra dolosa ciudad, es una síntesis de Lima. La incultura es lo primero y hay que defenderla, pareciera ser su refrán. Y no me equivoco, La Villarreal es Lima, apesta a Lima y persiste en su mediocridad a pesar de los años. Vargas Llosa, en su inmortal Conversación en la Catedral, hace una espléndida descripción de esta urbe errada:

Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos, cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la plaza San Martín. Él era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. (2004:17)


Pareciera increíble, pero el escenario no ha cambiado. El cielo gris sigue ahí como un Dios burlón de cuya fe me despedí hace muchos años. Los diarios, huérfanos de letra, permanecen y se convierten en sábanas al paso de algún ilustre borracho. Todo persiste en existir. Los afiches, pancartas y carteles de la Villarreal sólo me hacen agachar la cabeza. Salgo de ese edificio, camino hacia el kiosco más próximo y Kouri mantiene gran simpatía entre los votantes, bajo la cabeza. Camino unas cuadras, hasta Quilca, espero a que cambie de luz el semáforo para poder cruzar y desde la ventana de un auto sale disparada una envoltura de helado, bajo la cabeza.

A veces siento que el pesimismo es la coherencia del siglo XXI y la creencia nefelibata del cambio sólo una droga de esperanza. Es como si siempre llegáramos tarde al éxito y no hay metropolitano que nos ayude. Tarde siempre, como ayer 28 de Mayo en que recién los alumnos de la Villarreal han podido realizar su pre matrícula. Tarde siempre.

sábado, 22 de mayo de 2010

ETAPA ZAVALITA

La Universidad Nacional Federico Villarreal paralizó sus clases hace algunos días. La excusa era el cansancio de la corrupción por parte de sus directivos y docentes. El problema es que no creo ni en los acusados ni en los celadores de la justicia. Por la simple razón que muchos de los que salieron a protestar forman parte de esa crapulencia llamada aprismo. Es más, esta es una lucha de apristas versus apristas, de sombra contra sombra, de la náusea con dirección avenida Colmena. Es la lucha por un sueldo que dure lo que las siguientes elecciones le permitan durar. Y yo soy o estoy en la etapa más incrédula de mi vida universitaria, estoy en la etapa “Zavalita” y mi bar es uno que llaman el “Norteñito”.

martes, 18 de mayo de 2010

ASÍ TE VE TU HIJO

Esta información ha sido obtenida de la siguiente página para mayor información: http://blogs.elcomercio.pe/reportube/2010/05/enciende-la-creatividad-de-tu.html















Estos dibujos han sido creados por niños gracias al taller que se brinda en este espacio: Museo de Arte Contemporáneo, en Barranco.


lunes, 17 de mayo de 2010

SABINA Y CHARLY

miércoles, 12 de mayo de 2010

SUEÑOS CON JULIA


CUENTO.



Angella, entre tu ocaso y tus dudas, te mantienes reflexiva y no sabes por qué. Acaso tu mano que se desliza, ingobernable ella, sobre todo tu cuerpo, contando de la cintura para arriba. Hablamos de tu mano derecha, que se desliza y cambia de temperatura a tu cuerpo. Angella, bien sabes tú que los sueños tienen un por qué, no es sólo un absurdo ni una pérdida de tiempo. Por eso te muestras angustiada mientras las sábanas celestes que te regaló Julia cuando eras niña están a punto de caer al suelo, al lado de ese fiero animal al que llamas Andrés, exactamente como a ese enamorado tuyo. Aquel que la memoria ha decidido dejar en la más profunda reconstrucción. Tú sabes, los hechos que este presente tuyo se encargará de moldear y olvidar. Pero mientras tanto Andrés no es más que un animal nocturno y juega con las sábanas caídas, mientras tú te alborotas y decides que llevas mucha ropa aunque sea invierno.

Abres por un momento los ojos y ves a tu alrededor líneas muertas, reflejos de un árbol enraizado hace ya años, recibes de él un mensaje ininteligible y por eso te aferras aun más a la ambigüedad de esta noche fría. Porque no sabes interpretar deseos, porque te sientes inmoral y atraída ante esta situación. Aunque lo niegues tu mano derecha sigue moviéndose por debajo de tu polo con unos dedos adentrándose en tu brasier. Elevas tu rodilla izquierda apuntando hacia ese viejo ventilador, tan obsoleto en este frío de invierno. Con esa misma rodilla aprisionas la única mano que te ha quedado libre, aquella que se encuentra en medio de tus dos piernas desnudas. Bien sabemos que no importa la fecha ni los climas, dormir con pantalón es una barbaridad inconcebible. Por eso duermes con dos colchas y esa sábana celeste que yace arrugada al lado de Andrés.

Te vienen imágenes impropias, te imaginas, por ejemplo, tocar su boca con tu boca. Le envidias que tenga senos más túrgidos que los tuyos pero al mismo tiempo te excita y deseas verlos detenidos y luego en movimiento. La envuelves en cien vestidos, unos rojos otros negros. La vez caminando hacia ti y observándote como una centinela. Oyes el sonido de sus tacos mientras el vestido cede hasta tocar sus tobillos. Al mismo tiempo aprisionas más tu mano izquierda con las fuerzas de tus piernas, que por el momento lucen su desnudez estiradas, los dedos de tus pies se distancian a brevedad de espacio y se yerguen como si una mano los tocase. Julia ha entrado en tus deseos, Angella, admitámoslo, luce una figura de dulces líneas sobre su lisa piel, esa que tú ya has sentido en otras ocasiones y en otros climas. Te has decidido finalmente por ponerle un color al vestido, has optado por el negro. Ese vestido que ha caído al lado de la sábana. Observas cómo apoya sus dos manos sobre la cama, a la altura de tus pies. Se acerca hacia ti deteniéndose todo el tiempo que tú quieras. Andrés te mira quieto, impasible, cualquiera diría que te está juzgando, pero no hay nada que juzgar. Ahora decides jugar con tu cabello, lo muerdes, lo pruebas. Julia te besa y te dice: Chiquita.

Parece que has perdido todo pudor. Por eso esa leve sonrisa en tu rostro, por eso esa gesticulación sugerente. Por eso tus piernas lucen hoy más que nunca deseables. Es porque Julia te está dando el placer que ningún otro hombre te ha dado. Qué grato descubrimiento es el que te acontece. Aunque no seas del todo consciente. Tu cuerpo no discute y por eso tus piernas, recalco, lucen tan deseables. Angella, ves a Julia desnuda y la recuerdas exactamente igual a aquella vez que se bañaron juntas. Hace ya tantos años, en aquella casita de playa en Arequipa. Recuerdas esos veranos en que ibas a visitarla y le dabas un beso en la mejilla, tan prolongado. Ella te abrazaba y te decía: tanto tiempo sin verte, Chiquita.

Recuerdas que después de nadar en la playa se fueron a bañar juntas porque hacía mucho calor en aquel verano del 98. El Fenómeno del Niño ¿Te acuerdas? Julia quitándose el bikini delante de ti y tú ahí, estática, inamovible ¿Qué te pasa chiquita? ¿Por qué esa mirada? Y se quitaron la arena juntas.

Ese cuerpo no ha cambiado en todos estos años, la madurez la ha embellecido inclusive más. Te preguntas si siempre te gustó, debe ser que sí. Siempre la recordabas por sus tacos, querías ser como ella, tan sexy, tan independiente y tan segura de sí. Querías emular aquella fastuosidad por la que andaba por el mundo. Pero nunca pudiste con sus tacos, por eso simplemente nunca quisiste ninguno. En ella la palabra solterona no se aplicaba. Todos sabían que a esa mujer esa palabra no era más que una oquedad del ignorante. Por eso Julia siempre fue tan deseada por todos, por esa galanura, por esa inteligencia, por esa sensualidad tan abrasadora. Tan deseada incluso por ti Angella.

Dejas de morder tu cabello, abres tu boca por unos segundos, los suficientes para emitir ese sonido que proviene de todo tu cuerpo. Te has retorcido, luces acalorada y estiras un poco tu cabeza hacia atrás. Julia besa las zonas de tu cuerpo que el sudor ha mojado. Te sientes desnuda en libertad junto a la desnudez de Julia, besas sus pezones tiernamente, sin hacerles daño, sólo quieres besarlos, jugar con ellos, hacerte niña mientras sudas como mujer. Pero Angella, eres tan feliz y el tiempo no perdona ni consciente la felicidad. Por eso despiertas, abres los ojos en medio de la noche y te vuelves a sentir culpable. Observas a un Andrés inmóvil y adormecido. Angella ¿por qué sonríes? Es que acaso ¿recuerdas todo? Lanzas un suspiro y te miras coquetamente las piernas. Ves el reloj y te sientes feliz que ya sean las cinco de la mañana. El vuelo llegaba a las tres y es posible que ya haya llegado. Hace mucho tiempo que no ves a Julia, hace tantos años. Mueres por verla, ¿y el sueño? Que importa el sueño, mueres por verla. Te vuelves a mirar a ti misma. Nunca habías sentido tanto placer y atracción por alguien. Te vuelves a mirar, las piernas desnudas, y recuerdas la primera vez que viste a Julia desnuda, cuando se bañaron juntas. Seguro tu mamá ya fue a recogerla y ya la trajo a casa. Julia, la engreída de tu mamá, su hermanita menor. Julia, tu tía Julia. Mueres por saber si ya llegó. Sobre todo después de aquellas imágenes mientras dormías, tan reales ellas. Te levantas de la cama y tropiezas con Andrés, que tiene algo en el hocico. Te agachas para ver bien ¿Qué sucede Angella? Pareces aturdida. Andrés se inquieta ante la mirada de Angella y se retira del lugar soltando del hocico un hermoso tacón negro.



SUIMAR

domingo, 2 de mayo de 2010

LA RUPTURA EPISTOLAR DE VARGAS LLOSA

Esto ha sido sacado del semanario: Hildebrandt en sus trece.



Lima, 10 de mayo de 1964


Cheré Julia: Nunca, por lo menos en los últimos años, ha sido posible una conversación sincera entre nosotros. No quiero hacerte ningún reproche, pero sabes muy bien que ha sido así. Te suplico que me escuches ahora, que voy a hablarte con absoluta franqueza, y hagas un esfuerzo por comprenderme. La vida que hemos llevado estos dos años es una prueba flagrante de lo erróneo que es cerrar los ojos ante la evidencia, o forzar la realidad por medio de la violencia.

Es verdad que estoy enamorado de Patricia y sé que esto no es una revelación para ti. Es verdad también que en un principio luché contra esto que tú creerás absurdo e imposible, pero hace tiempo que no lucho más, que he aceptado esa realidad y que ella ha sido un gran fantasma entre los dos, que nos ha amargado envenenando la vida. La razón es muy simple, Julia. Tú sabes tanto como yo que nada resucita lo que ha muerto, y que la violencia no reemplaza al amor jamás. Es violencia. La peor de todas, el haberme obligado a continuar contigo con el arma desleal del suicidio. Una violencia que ni siquiera te ha servido a ti, pues me consta que tú también has sufrido bastante, y por eso no te reprocho todas las escenas, las disputas, las acusaciones tan monstruosamente injustas, todas estas fábulas inventadas por ti, sin duda como justificaciones inconscientes del fracaso de esa aparente reconciliación.

No es posible que tú consideres continuar así es el mal menor y ya tienes que darte cuenta, de manera irremediable, que no voy a cambiar. Te ruego, Julia te lo suplico, reconoce que tengo razón. Tú podrás, quizás, empleando armas indignas de ti, impedir que yo vuelva a ver a Patricia, pero ni tú ni nadie tiene cómo destruir mi amor por ella. Me ha bastado verla de nuevo, un segundo, para confirmar en mí mismo esta evidencia. No quiero a nadie más, no querré nunca a nadie más. Y aun si no la vuelvo a ver, si me viera obligado a vivir lejos de ella para siempre, seguiré fiel a este amor.

Perdóname que te hable así, que te hiera así, pero esa es la verdad, lo siento, y ya has visto cómo no ha servido de nada tratar de esquivarla, de silenciarla.
Me ha costado mucho escribir esta carta, pero creo que ya no es posible continuar con esa conspiración de silencia que ha habido entre nosotros todo este tiempo. Pero quiero ser sincero contigo hasta el final. Si por castigarme, por despecho o por venganza ( ya sé que en determinadas circunstancias estás dispuesta a cualquier cosa) te niegas a concederme el divorcio, lo único que tendrás será provocar un poco más de dolor, pero no aliviar el tuyo.
Si nuestro matrimonio está ya hace tiempo deshecho y sólo sobrevive a sí mismo, si esto ha quedado más que demostrado ante ti y ante mí en estos dos años, lo único que pido es que cedas ante lo ya consumado. Si te niegas a aceptar el divorcio-fíjate cómo no te oculto nada- impedirás que me case con Patricia y me harás pagar bien caro el dolor que puede causarte esta carta, ya que deberé renunciar a ella para siempre. Pero en ningún caso, y esta vez tienes que creerme, volveré contigo. No se puede vivir con una mujer. Por más buena y sacrificada que sea, queriendo a otra. Es cruel y duro tener que decírtelo, pero es así, Julia.
Yo sé que tus celos, toda tu violencia de este último tiempo, se debían a mi frialdad hacia ti, a mi amargura. No quería hacerte sufrir y sin embargo lo hacía y lo inverso también es cierto. No se puede simular el amor. Y además no volveré a pasar momentos tan lastimosos como los de los últimos tiempos. Te ruego que me contestes lo más pronto posible, diciéndome si aceptas que nos divorciemos. Y qué es lo que quieres hacer. Si permaneces en París, entonces iré yo a otro lugar, porque, como es natural, no puedo regresar allá.
Escríbeme a la casa de los abuelos y en todo caso piensa que yo, solamente yo, soy el único causante de tu pena o de tu cólera. No amargues inútilmente a Lucho o a Olguita creyendo así vengarte de mí. Si quieres vengarte de alguien, y tienes cómo hacerlo, piensa únicamente en mí. Mario.