martes, 16 de noviembre de 2010

A VER QUÉ OPINA CIPRIANI: LOS PRISIONEROS (Sexo-Viña del Mar 2003)

LA LITERATURA Y SU ESPACIO AUTOBIOGRÁFICO: ALFREDO BRYCE ECHENIQUE


Para empezar tendríamos que hablar de la literatura en sí y remitirnos a la definición más simple y menos técnica que sería la forma más bella de contar una historia desde la ficción a través de la palabra escrita, aunque ésta tenga sus orígenes en la oralidad. Por el momento dejaremos de lado el análisis de otras vertientes como el teatro o la poesía para dedicarnos especialmente a la prosa de los cuentos y novelas. En lo que respecta a toda creación diremos que ninguna ficción escapa de la realidad emocional y social de su época, hasta las más inverosímiles historias como la del Señor de los Anillos tiene su origen en las memorias del autor en su juventud.

Toda creación literaria está “contaminada” de realidad, que es modificada según la intención y calidad literaria de su autor. Lo obra La Insignia, cercana al género fantástico, de Ribeyro en la que un hombre ingresa a un edificio y consigue una especie de empleo sin saber por qué y va ascendiendo gradualmente los niveles de importancia en su cargo. Esta historia está familiarizada con un evento similar sucedido a un tío de éste. Y somete su recuerdo a la creación de una ficción que termina en La Insignia. Vargas Llosa en su libro Cartas a un Novelista se atreve a decir que “la invención químicamente pura no existe en el dominio literario”. Y podríamos afirmar tal idea.

Entonces creador y vida son una misma cosa. Lo que nos dirige a otra pregunta que es ¿Qué motiva a un narrador a escribir y trocar en ficción una historia? Diremos que la necesidad e inconformidad con la realidad motiva al escritor a imaginar distintas realidades con las cuales sentirse más a gusto. En otros casos diremos que se trata de un exorcismo literario que obliga al escritor a purificarse de sentimientos que necesitan ser expresados y que no encuentran otra vía que la literatura. Esa rebeldía con la realidad o inconformismo también es afirmada por un conocido músico como Joaquín Sabina. Ahora, he elegido este tema porque me parece que poder crear un vínculo entre la realidad y la ficción puede ayudar al estudiante a interesarse un poco más o a introducirlo por primera vez en el arte literario. Porque creando ese nexo es posible despertar su interés en las historias que motivaron el origen de una ficción como Conversación en la Catedral o La vida exagerada de Martín Romaña. Digamos que a algunos estudios sobre literatura se les podría nombrar con el gracioso nombre de chisme literario, pues nos provee de anécdotas y pasajes del autor para poder entender su ficción. Por eso he elegido al autor más autobiográfico y humorístico (en mi apreciación personal) para hacer una introducción a la literatura y su proceso de creación partiendo desde la anécdota, desde lo autobiográfico.


Alfredo Bryce Echenique nace en Lima en 1939, proveniente de la clase aristocrática Limeña, hijo de bancarios. Y pasa sus estudios en colegios privados como el Inmaculado Corazón. Conforme va creciendo siente el llamado de eso que es la literatura y pide a su padre que le financie los estudios en Cambridge. Su padre se niega y lo hace estudiar Derecho en la universidad de San Marcos. Esto será un gran cambio en la mentalidad de Bryce pues conocerá un mundo que hasta el momento le era desconocido, que son las distintas clases sociales que difieren a la que él pertenece. Comparte estudios con jóvenes que son hijos de personas que formaban parte de la servidumbre de su hogar. Al terminar sus estudios logra, gracias a su madre, una beca a Francia y es allí donde su profesión como escritor comienza a nacer.


La obra de Bryce está cargada de humor y de cierta nostalgia por el mundo que vivió y que se ha ido. Este autor recurre mucho al uso de la memoria y la oralidad al contar sus historias. Su ficción es una manera de evocar pasajes que marcaron e impresionaron momentos de su vida. Claro, para ello hay además una construcción del universo testimonial con la documentación necesaria para dar credibilidad a su historia. Por ejemplo, cuando escribe Un Mundo para Julius, para nadie es un secreto que Julius es Alfredo Bryce, pero al mismo tiempo no es Alfredo Bryce, porque utiliza sus experiencias y hojas de vida para crear un mundo que él conoce perfectamente, que es el de la aristocracia peruana. Además de haber leído obras sobre psicología infantil para crear a ese personaje, Julius, con mayor dominio. Esas son las ventajas y realidades de su literatura y que le permiten una cercanía a la realidad o credibilidad ante el lector que lee un mundo social determinado. Este caso puede ser explicado en comparación con la obra de otro autor como Oswaldo Reynoso con su novela En Octubre no hay Milagros, novela que, aunque no es mala, peca de artificiosa y lejana, sino en cierta manera prejuiciosa. Reynoso utiliza su novela, su historia, para denunciar algo y para ello retrata distintas capas sociales, entre ellas la clase alta, pero su descripción queda empobrecida al no llegar a captar la fastuosidad que sí puede impregnarle un hijo legítimo de esa clase. En caso contrario Bryce Echenique tampoco podría plasmar con la misma dosis de cercanía y honestidad una clase social popular con la destreza con que lo hace Reynoso. Esto es gracias a sus vivencias.

Un Mundo para Julius, es una historia tierna que nace a partir de un cuento que se extiende prolongadamente hasta que la acompañante sentimental del escritor decide irse de viaje y el escritor tiene que finalizarla, teniendo como resultado una novela. Una novela cargada de humor e ironía y mucha fragilidad e inocencia. La historia de un niño de clase alta que comienza a crecer, que a través de sus aventuras nos narra los excesos y virtudes de una clase (sin juzgarlas, las menciona en sus aspectos), hasta que crece y pierde la inocencia. El mundo narrado es el mundo de Bryce y sus vivencias. Sus pasiones de alcoba y charlas con la psiquiatría. Bryce logra el reconocimiento internacional y a la vez se sumerge en la depresión, lo que lo lleva a escribir luego La vida exagerada de Martín Romaña. Obra que narra las desventuras y aventuras de un aspirante a escritor en Francia, el paraíso europeo de los escritores. Su ficción recurre una vez más a la búsqueda del pasado, a las anécdotas. Martín es un joven aspirante a escritor que llega en un momento donde la revolución tiene gran acogida en el mundo de los intelectuales escritores y él, proveniente de una rica familia, es el bicho raro que no encaja. También es una sucesión de historias para narrar un estado anímico que fluye además con la tormentosa relación con su novia que lo acusa de ser un burgués y no aliarse a la revolución, aunque antes esta idea le pareciera risible, para al final terminar viviendo cómodamente en Brasil. La ficción en este caso también recoge retazos de realidad, pues Bryce tuvo una novia que lo dejó por la revolución.

La literatura, pues, está compuesta de anécdotas y esas vivencias son las que ayudan a construir una ficción y a través de ella podemos comprender el universo del creador y el tiempo al que perteneció, pues es una huella testimonial. Sin embargo hay que aclarar que toda obra literaria, las buenas, no están sujetas a un periodo determinado, sino que son inmortales al paso del tiempo.
(BORRADOR)