martes, 25 de agosto de 2009

No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que lo hemos sido nosotros




Cuando la pena te atrapa simplemente no hay forma de escapar de ella, no hay forma de engañarla ni alejarla. La soledad tiene piernas, y es así que recorre con uno los más impensados rincones, hasta atraparnos con sus aguas fúnebres. Aquellas aguas que permitieron a Virginia Woolf entregarse, por fin, al tan anhelado estado letárgico con el que todos soñamos pero jamás nos atrevemos. La imagen de aquella mujer sumergiéndose en el Ouse rondará por siempre en mí, ya he escrito hace algún tiempo sobre su aparición en las playas de Barranco, quieta y sin voz. La carta que escribió, las letras que dejó en un papel para un marido, que según sus penas, fue bueno con ella, es el perfecto testigo de una felicidad condenada a no existir en vida. Un cuerpo raído por la injustificación de una emoción más fuerte que la razón, una emoción que desgarra, la imposibilidad de la paz interna. Aquellas letras de despedida dicen adios mil veces, porque mil veces sentiremos que la hemos perdido.



"Querido:Estoy segura de que me vuelvo loca de nuevo. Creo que no puedo pasar por otra de esas espantosas temporadas. Esta vez no voy a recuperarme. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme. Así que estoy haciendo lo que me parece mejor. Me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todos los aspectos todo lo que se puede ser. No creo que dos personas puedan haber sido más felices hasta que esta terrible enfermedad apareció. No puedo luchar más. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y sé que lo harás. Verás que ni siquiera puedo escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte que… Todo el mundo lo sabe. Si alguien pudiera haberme salvado, habrías sido tú. No me queda nada excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo.No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que lo hemos sido nosotros.
Virginia Woolf

domingo, 16 de agosto de 2009

POEMA DESCONOCIDO

Te descubres inerte
voy llenándote de cuerdas
de cartas gordas
de insolencias raídas
y cuando hago eso
te transformas te desconozco

Vas por los callejones
por los renglones
con tu silencio hueco
con tu verso endecasílabo
con tu tos
con tu pena
y cuando haces eso
me transformo
me desconozco

Te metes en mi bolsillo
en mi cigarro húmedo
te descubres inerte
en la piedra incomprensible
del malecón de Miraflores
y cuando esa piedra
se enternece aun más
en su acertijo tosco y mudo
nos transformamos
nos desconocemos

SUIMAR
(Disculpen el atrevimiento)

LA VIDA ES HERMOSA (DISUACIDIO)

jueves, 13 de agosto de 2009

GRACIAS POR ESTE REGALO HERMANA-


Este es un regalo de mi hermana espiritual, Vane, quien me pasó este escrito publicado en el blog: http://www.lashistoriasdejulia.blogspot.com/




Del libro Un tal Lucas de Julio Cortázar






Sería demasiado fácil comprar la torta en la confitería «Los dos Chinos»; hasta Gladis se daría cuenta, a pesar de que es un tanto miope, y Lucas estima que bien vale la pena pasarse medio día preparando personalmente un regalo cuya destinataria merece eso y mucho más, pero por lo menos eso. Ya desde la mañana recorre el barrio comprando harina flor de trigo y azúcar de caña, luego lee atentamente la receta de la torta Cinco Estrellas, obra cumbre de doña Gertrudis, la mamá de todas las buenas mesas, y la cocina de su departamento se transforma en poco tiempo en una especie de laboratorio del doctor Mabuse. Los amigos que pasan a verlo para discutir los pronósticos hípicos no tardan en irse al sentir los primeros síntomas de asfixia, pues Lucas tamiza, cuela, revuelve y espolvorea los diversos y delicados ingredientes con una tal pasión que el aire tiende a no prestarse demasiado a sus funciones usuales.Lucas posee experiencia en la materia y además la torta es para Gladis, lo que significa varias capas de hojaldre (no es fácil hacer un buen hojaldre) entre las cuales se van disponiendo exquisitas confituras, escamas de almendras de Venezuela, coco rallado pero no solamente rallado sino molido hasta la desintegración atómica en un mortero de obsidiana; a eso se agrega la decoración exterior, modulada en la paleta de Raúl Soldi pero con arabescos considerablemente inspirados por Jackson Pollock, salvo en la parte más austera dedicada a la inscripción SOLAMENTE PARA TI, cuyo relieve casi sobrecogedor lo proporcionan guindas y mandarinas almibaradas y que Lucas compone en Baskerville cuerpo catorce, que pone una nota casi solemne en la dedicatoria.Llevar la torta Cinco Estrellas en una fuente o un plato le parece a Lucas de una vulgaridad digna de banquete en el Jockey Club, de manera que la instala delicadamente en una bandeja de cartón blanco cuyo tamaño sobrepasa apenas el de la torta. A la hora de la fiesta se pone su traje a rayas y transpone el zaguán repleto de invitados llevando la bandeja con la torta en la mano derecha, hazaña de por sí notable, mientras con la izquierda aparta amablemente a maravillados parientes y a más de cuatro colados que ahí nomás juran morir como héroes antes de renunciar a la degustación del espléndido regalo. Por esa razón a espaldas de Lucas se organiza en seguida una especie de cortejo en el que abundan gritos, aplausos y borborigmos de saliva propiciatoria, y la entrada de todos en el salón de recibo no dista demasiado de una versión provincial de Aída. Comprendiendo la gravedad del instante, los padres de Gladis juntan las manos en un gesto más bien conocido pero siempre bien visto, y la homenajeada abandona una conversación bruscamente insignificante para adelantarse con todos los dientes en primera fila y los ojos mirando al cielo raso. Feliz, colmado, sintiendo que tantas horas de trabajo culminan en algo que se aproxima a la apoteosis, Lucas arriesga el gesto final de la Gran Obra: su mano asciende en el ofertorio de la torta, la inclina peligrosamente ante la ansiedad pública, y la zampa en plena cara de Gladis. Todo esto toma apenas más tiempo del que tarda Lucas en reconocer la textura del adoquinado de la calle, envuelto en tal lluvia de patadas que reíte del diluvio.

miércoles, 12 de agosto de 2009

UN DÍA PARTICULAR

Hoy es un día particularmente triste, como suele ser este día que se repite cada año, experimento dimensiones mucho más allá de mi lógica. Espero pensar en la bondad del daño, en que no se repita más este día, porque espero que todos aparezcan y aparecen sólo unos cuantos, porque espero un poco más allá de la línea, donde acaba todo y surjo yo. Cuando surco la balsa que se hunde con mi peso de hombre, con mi peso de espera. Hoy también es un día raro de por sí, obviando la llamada que no auxilió esa brevedad que es el sueño y el deseo tibio de su memoria, es un día raro porque combato su no presencia en este día que blasfema el sonido muerto del teléfono. Es un día, además, en el que reconozco que no soy el mismo de antes, simplemente algo ha cambiado. Me retracto entonces, no sólo es un día particularmente triste, sino que es un día en el que soy particular, la tristeza es particular, mi serenidad es particular. Soy diferente, entonces también puedo decir que estoy alegre, eso es bueno, como también lo es saber que muchos existen.

lunes, 10 de agosto de 2009

ENTRADAS PARA CHARLY




Miércoles 23 de septiembre de 2009, 9:00pm


¡Entradas a la HOY, 10 de agosto!


El músico más famoso de Argentina regresa al Perú para darnos concierto inolvidable CHARLY GARCIA




Precio:20% de descuento por pago con Tarjeta Interbanck (hasta 31 de agosto)




Say no more S/. 239.20


Piano Bar S/. 165.20


Clics Modernos S/. 83.20


Influencia S/. 41.20




10% de descuento por pago con Tarjeta Interbanck (del 1 al 23 de septiembre)




Say no more S/. 268.10


Piano Bar S/. 185.10


Clics Modernos S/. 93.10I


nfluencia S/. 46.10




Precio full


Say no more S/. 297.00


Piano Bar S/. 205.00


Clics Modernos S/. 103.00


Influencia S/. 51.00




* Precios con costo de servicio Tu entrada incluido

domingo, 9 de agosto de 2009

BERLUSCONI: CONCLUYO INVESTIGACION FISCALIA SARDA POR FOTOS


CAGLIARI, 8 (ANSA) - La fiscal de Tempio Pausania (Cerdeña) Elisa Calligaris, concluyó la investigación sobre la denuncia del abogado Niccoló Ghedini, presentada en nombre de Silvio Berlusconi contra el fotógrafo Antonello Zappadu, por las 5.000 fotos sacadas en Villa Certosa, la residencia isleña del premier italiano, de las cuales también había pedido el secuestro. El aviso de conclusión de las investigaciones fue notificado hoy al abogado Giommaria Uggias, que representa al fotógrafo. "Ahora, con el depósito del procedimiento, veremos las fotos y podremos constatar si están vinculadas también con las investigaciones de la fiscalía de Bari", sobre el empresario Gianpaolo Tarantini, acusado de proxenetismo y cesión de cocaína, quien habría llevado prostitutas a Villa Certosa, dijo Uggias. El abogado subrayó también "la rapidez" con las que fueron llevadas a cabo estas investigaciones, respecto a otras por el mismo caso, en particular, la verificación de si las fotos fueron sacadas fuera o dentro de la propiedad de Berlusconi, y por ende si hubo o no violación del domicilio y de la vida privada del premier. Mientras tanto, la fiscalía de Bari anunció el arresto de dos personajes vinculados a Tarantini, el empresario que llevaba prostitutas de lujo y otras mujeres a la residencia romana del premier, entre las cuales Patrizia D'Addario que entregó grabaciones de sus encuentros con Berlusconi a los magistrados. (ANSA) JMG 08/08/2009 16:40




Por otra parte, en otros medios, el premier del oprobio italiano, Silvio Berlusconi, ha declarado que no le debe disculpas a su familia, en respuesta por algunas declaraciones dadas por su hija.

sábado, 8 de agosto de 2009

DEBERÌAS SABER POR QUÈ






"Che, si en verdad me tomás en serio

Deberías saber por qué

En el fondo no hay un misterio

Deberías saber por qué

Te vas... ahí nomás

Todos van hasta ahí nomás

Ahí nomás.


Che, si te pones la camiseta

Deberías saber por qué...

Aunque digas que no me meta

Deberías saber por qué

Te vas ahí nomás.


Che, si en verdad me tomas en serio

Deberías saber por qué.


Hablando, custodiando

Vigilando y vagando

Exponiendo su manera de ser

Por qué no comprendo que puede ser...


Che, si es que entrás a mi apartamento

Deberías saber por qué

Es muy fácil decir lo siento

Es muy fácil sentirse bien

Bien igual

Bien igual.


Che, si en verdad me tomas en serio

Deberías saber por qué..."

jueves, 6 de agosto de 2009

LA VERDADERA HISTORIA DETRÁS DE MI CONCHA DE NÁCAR


Desde ya me siento culpable por narrar esto que debería permanecer en el conocimiento de sólo unos cuantos, desde ya la culpa viene porque muchos, quienes quizás deberían haberlo sabido mucho antes y de otra manera, lo harán de esta forma tan frívola y ajena, pido disculpas porque sumaré a estas preciadas personas junto un número de desconocidos, que quién sabe si les importará esto que van a leer. Por eso, ante todo, expreso que una vez más jugaré el papel del egoísta e irresponsable persona que suelo ser, por revelar situaciones que debieran conducirse por otros medios, sin embargo hay una fuerza inefable que me gobierna y me arrastra a ser yo mismo partícipe de la creación de mis problemas. Quizás es por eso que atenté contra mi vida hace ya casi un año, uno de mis intentos más decididos y que por lo tanto fue una frustración difícil de aceptar.

Imaginemos, tratemos de la mejor manera, de obviar todo lo que al principio se muestra como un acto vergonzoso de súplica infructífera, porque estoy siendo injustamente sincero conmigo mismo, la sinceridad también es una forma de injusticia, y la sinceridad que me atribuyo en estos momentos me puede salir cara. Intento únicamente narrar una historia, la historia de un hombre que decidió morir y que vive para decir: me pararon la hemorragia y me salvaron.

Asumiré el desconcierto y la falta de sintaxis en este texto impresentable para cualquiera, por eso intentaré poner algo de orden para el lector. La intención de esto es narrar el por qué de una crema de concha de nácar en mi morral, que una vez encontró un amigo, motivo que se convirtió en una broma recurrente, que me divierte mucho además, sin embargo me inquieta mucho la historia que se esconde tras de esa broma inocente que generó el encontrar una crema de concha de nácar en mi morral. El segundo motivo, claro está, es explicar el motivo en sí, las situaciones que me llevaron una madrugada que acercó al mes de Octubre con Noviembre, noche en la cual mis padres vieron un cuerpo violento y sin voluntad de vida. El tercero y último es saciar mi noche, mis ganas de arrancar de mí esta historia que me grita su escritura, que rasga la noche y seduce a la culpa. Mi vocación de Kamikaze.

La frialdad que encerraba mi cuerpo aquella época, recuerdo bien, era aterrorizante, me llevó a escribir muchos textos, a caminar sólo y con un maldito miedo acosador, la soledad, que es otra formar de llamar a ese frío gélido que llevaba en mí, me obligaba a encerrarme horas de horas en un hermetismo inhumano, en una habitación a un lado de la cama, golpeando siempre la pared con el puño cerrado. La desesperación encontraba muchas razones. Nunca me llegué a psicoanalizar, como bien me lo sugirieron tantas amables personas que se preocupaban por mí, tantos buenos amigos. Lo único que hacía era caminar solo, con miedo, porque no sabía qué podía encontrar en el camino, sobre todo no quería ver a personas que podían hacerme daño su sola presencia, su sola belleza. Pasé dos años en ese estado de búsqueda inconclusa, con la sonrisa luchando por emerger entre kilómetros de niebla. Recuerdo muy bien todo aquel asunto, que estas palabras pueden quizás exagerar, pero fueron dos años en donde aprendí el valor de un filo cortante.

Poniendo las cosas en claro, siendo desgraciadamente repetitivo y fatuo, volveré a joder con el asunto de siempre, atravesaba la ruptura con mi enamorada, situación que no encontraba cómo afrontarla. La verdad es que esto era sólo el detonante de un enumerado grupo de problemas, de fantasmas que me perseguían desde mucho tiempo atrás, fantasmas a los cuales nunca me atreví a enfrentar. No me permito decir más, porque simplemente no encuentro palabras para explicarlas, o porque quizás aún no estoy listo para narrarlas y ya desde ahora siento todo el peso del fracaso de estas líneas, que parecen atrapadas en una red de insípidas emociones. Desde ya siento que no estoy logrando nada de lo que pretendían estas líneas catárticas. Aun con esto, contra todo pronóstico al buen gusto, continuaré. La noche del 31 de Octubre del 2008, después de haber visitado Quilca, después de haber estado en una reunión que francamente me pareció desagradable, regresé a mi casa en un estado de neutralidad aparente, que yo mismo me la creí. Era de madrugada, y ya para entonces era primero de Noviembre, de un momento a otro sentí cómo iban escapándose de mí las fuerzas, y me descontrolo, me altero. Mi padre, a quien me lo encontré al llegar a casa, intenta calmarme, quiere saber qué es lo que me pasa, por qué es que de pronto me pongo virulento y comienzo a insultarlo. Yo recuerdo haber sentido una ira incontenible, producto de tantas memorias de maltrato e indiferencias por parte de mi padre hacia mí cuando era un niño. La verdad, todo era insostenible, yo había bebido de más y sufría de más también. Hice tanto ruido innecesario que los gritos llegaron hasta la habitación donde mi madre dormía. Ella salió alterada por el disturbio acrecentado por mis golpes a la pared. Quería tantas cosas, quería vivir de otra manera, porque hacía tanto tiempo que me aburría con facilidad de todo, absolutamente de todo. Luego de haber superado, en cierta forma, las horrendas noches de ruptura amorosa pensé que lo peor había pasado ya, pero no contaba con las interminables horas de aburrimiento que vendrían después, todo iba careciendo de sentido para mí, abandonaba todo o todo me abandonaba. Cada día al amanecer lo único que hacía era buscar una razón, tan sólo una lo suficientemente valiosa para despertarme y vivir, vivir. Pero cada día se me hacía más difícil hallar esa razón de rescate. Durante el enfrentamiento verbal, que por poco llega a lo físico, mi madre aterrada queriéndome calmar, intento explicar con claridad la ira que llevaba dentro, la eterna búsqueda del sentido, mis interminables llantos, mi fracaso con lo alegre en el mundo.

Le digo a mi padre que veces quisiera morirme, que a veces pierdo la noción de las cosas, que todo en mí va perdiendo valor, le intento explicar que estos deseos no son recientes, que desde mi niñez estos pensamientos me acompañan, pero que ya no aguanto más, que a veces quiero morir. A lo que él responde que me mate entonces, que no le interesa. La rabia ante esa respuesta, que fue más bien un reto, porque me retó aquella vez Hazlo pues si te atreves, a mí no me importa. Hazlo pues. Hizo que corriera, no escuchando los ruegos bañados en lágrimas de madre, pidiéndome que recapacite, que no haga nada. Camino con violencia, sin importarme nada hacia la cocina, pienso para mis adentro que ahora verá, que quién se cree él para decir Hazlo si te atreves ¡No! Quién se ha creído que es, yo que intentaba confesarle que me siento así, que no aguanto más. Llego a la cocina y abro un cajón buscando algo, cualquier cosa con que hacerme daño y demostrar de lo que era capaz, que no me hubiera retado. Encuentro un cuchillo, mi madre al ver el objeto no aguanta su miedo y sus gritos, me implora que lo deje por favor, que no me haga daño. A mí ya no me interesaba nada, la verdad es que no tenía la convicción de matarme, no era la idea primaria, pero no me importaba si al cortarme moría, simplemente no me importaba vivir o morir. Me acerco donde mi padre, no recuerdo su rostro en ese instante, pero según me dijo, estaba muy asustado de que me pasara algo. Sé que me paré frente a él, cogí el cuchillo con fuerza, alcé mi brazo izquierdo y con la mano derecha dirigí el arma hacia mi muñeca. Todo fue tan suave, cada recorrido del metal recorriendo mi piel, ese tacto impuro de la muerte, la libertad que sentí me impidió escuchar los gritos de mis padres, la desesperación de mi madre, hasta que el cuchillo cayó con mi sangre al suelo teñido de rojo. La hemorragia fue fuerte y manchó toda mi ropa, parte del suelo de la sala y la memoria de la vergüenza. Las manos de mi madre apretando fuerte con un paño mi muñeca, limpiando y frenando la incontenible sangre que salía de mí. Recuerdo también a mi padre intentando acercarse a mí y yo gritarle e insultarle, alejándolo de mí, impidiéndole acercarse a mí, lo veía agacharse y limpiar el piso de la sala diciendo ay hijito por qué por qué, yo lloraba y todos lloraban. Intentaron llamar a los bomberos pero afortunadamente la hemorragia cesó su sangrado y los cortes no llegaron a ser en lugares que pudieron haber sido mortales. Luego simplemente, quizás debido a la sangre que perdí, perdí la conciencia y desperté adolorido en mi habitación. Ese día, o sea posterior mi intento suicida, había una reunión familiar en mi casa, nadie dijo nada, nadie se enteró. Mis padres no quisieron preocupar a nadie, decidieron que eso se debía quedar entre ellos, entre nosotros. Cuando abrí los ojos mi tía estaba al lado mío, nunca vio la heridas en mi muñeca, sólo me vio, me preguntó si estaba bien y se retiró, luego llegó mi madre, pidiéndome perdón por tantos años de sufrimientos vividos, me hizo prometerle que jamás lo volvería a intentar, que buscaríamos ayuda profesional, que por favor la perdone que nunca más, nunca más por favor. Posteriormente, en la noche, mi padre y yo hicimos las paces.

Nunca más he vuelto a intentarlo desde entonces, creo yo que hora tengo los motivos reforzados, los de vivir, las penas presentes, pero la sonrisa ahora pasea, deja rastros de su existencia. Obviamente, después de lo sucedido, las marcas quedaron, horribles cicatrices que se debían eliminar. La razón pues, el motivo de aparición de la concha de nácar se resume a borrar de mí aquella noche triste para el alma. Una amiga, que se enteró de lo sucedido, me lo regaló. Desde esa vez la llevo a todas partes, y la unto sobre el pasado de mi pena, las heridas prácticamente se han borrado, casi igual que las penas. Y es cierto, la llevo casi siempre conmigo, en mi morral, y es por eso que un día en que a mi morral le cayó un poco de gaseosa, un amigo gentilmente sacó todos los objetos que estaban en mi morral, para que no se fueran a mojar, y descubren ahí mi “famosa” concha de nácar. Todos rieron pensando que la razón de esa crema se debía al hecho de sólo cuidar mi piel, a un acto “metrosexual”. El asunto fue tan cómico que hasta yo me lo creí, olvidándome por completo el verdadero origen de esa crema en mi morral. Aquella triste historia detrás de esa inocente y graciosa broma.

martes, 4 de agosto de 2009

A LA IGNOMINIOSA MUERTE DE 150 ÁRBOLES CHORRILLANOS


foto tomada por Vanessa Geldres


Aproximadamente a las 6 de la tarde, hace algunas semanas atrás, un vecino mío de la urbanización de Los Cedros de Villa, en Chorrillos, me propuso recuperar el parque de nuestra zona, lugar que ha ido deteriorándose con el paso del tiempo y con el paso de nuestra insoportable humanidad. La idea tan llena de vida y optimismo me convenció.

-Pero yo no sé plantar nada. Le dije.

-No importa, la cosa es ponerle ganas nomás.

La vitalidad de este señor, al que me halaga poder considerar como un amigo, es envidiable, respetable y lamentablemente hasta anacrónica. Pero al anacronismo me sumo si con ello, practicar actos de resucitación de áreas verdes se hace en algún momento algo palpablemente verde, si logramos en algún indeterminado momento restaurar al fresco tomate colgando desde una trémula rama, los pinos de alturas quijotescas donde trepaban niños con la ilusión de robarles algo de altura. La nostalgia que me apresa al recordar que fui testigo de un parque que ya no es y que lucha por ser y agoniza un futuro.

Propuestas como la de este vecino mío, quien además es padre de un orgullo de amigo, resulta en tiempos como los que estamos viviendo una verdadera dosis de esperanza, pero lamentablemente, atención con este “pero”, el acto pestilente, desnudo de toda lógica sucedido en Chorrillos la madrugada del martes 4 de Agosto, no hace más que devolvernos a nuestra realidad, un túnel oscuro y tétrico de donde la esperanza no halla luz que la salve, un espacio que Sabato nos describió a pulso de pesimismo y genialidad literaria. Cerca de cien policías y personal del municipio de Lima talaron, asesinaron, 150 árboles de la prolongación Paseo de la República, ante un grupo de vecinos estupefactos, cuyas únicas armas era la incredulidad y una bata. El alcalde ha reconocido, según señala El Comercio, que hubo una falta de comunicación y que en reparación a esos árboles se sembrarán unos tres mil más. A todo esto, la presencia casi fantasmagórica del alcalde de Chorrillos, Augusto Miyashiro, se hace esperar, pero pareciera ser su cuerpo una ficción solo hecha carne en vísperas electorales. Se reclama un poco de cordura al municipio de Lima del señor Castañeda, y un poco de presencia, digamos, para cerciorarnos de que el alcalde de Chorrillos sigue vivo.