viernes, 22 de enero de 2010

SONETO INÉDITO

Tomado del suplemento especial de los domingos de El Comercio:


" Bustamante"

Buscando entre la luz a Santa Catalina,
Yo iba con un amigo, José Luis Bustamante.
"La luz ciega. La luz es materia divina.
Soy humano...He bebido. Todo está tan
(distante..."

"Hay que empeñarse, Amigo. Sea humana
(o divina,
Deidad hizo a los tres, a la luz y a la vana
Esperanza de ser, de ser sin dicha vana.
Que los dos compartimos como presa
(mezquina".

Y el sillar rebrillaba con terror de neblina.
Y César Atahualpa, lejos de la ventana,
Reía de su risa, reía ya sin gana,

Reía como un dios de mañana divina.
¡Quemándonos los ojos!...¡Mi Arequipa
(era és!
¡Quemarse por mirarse en risa de rodri
(guez!...


Martín Adán.

jueves, 21 de enero de 2010

TIEMPOS AQUELLOS

domingo, 17 de enero de 2010

JAIMITO JAIMITO


Recuerdo que alguna vez, cuando era un niño creyente católico, alegre, esperanzado, machista, homofóbico y toda esa suma de equivocaciones a la que el status quo define como un “niño bien”, (mi actual y orgulloso agnosticismo, así como mi incredulidad y fe en la razón, abominación del falocentrismo así como del feminismo de piernas velludas con cartel en mano de Abajo los Hombres y rechazo de cualquier acto de discriminación se debe a mi maduración lectora y es asunto de otro post) vi por la televisión un comercial que anunciaba el retorno del Niño Terrible de la Televisión, claro en ese entonces Bayly tenía sus treinta y tantos. Le pregunté a mi madre quién era ese tal “niño terrible”. Ella respondió:

-Un entrevistador que se hizo famoso cuando tú eras más pequeño.

Luego me enteré que era un periodista que se inició muy joven, al cual muchos catalogaban como una joven promesa seria del periodismo. También que se hizo famoso a la publicación de un libro titulado No se lo digas a nadie, en el cual declaraba su abierta ambigüedad sexual, o bisexualidad para ser más específicos. Libro impactante para la época, pues retrataba sin máscaras y sin intenciones de guardarse aunque sea un poco de pudor sobre las costumbres de los jóvenes de las altas clases limeñas. El consumo de drogas, la música, la libertad sexual, los lujos, los excesos así como su relación casi edípica con un padre autoritario fueron desde entonces su marca de registro. Quizás su mejor contribución al escenario limeño fuera su función desmitificadora sobre la función del padre, al desnudarlo como es en una sociedad amamantada por la apariencia y la virilidad castrense y torpe (valga la redundancia).

También es el inicio de la literatura Light de la cual se queja Vargas Llosa, y que sin embargo se encargó de ayudar a su creación, precisamente apoyando Bayly, y si mi memoria no me falla (de lo contrario corríjanme) fue el mismo Vargas Llosa quien introdujo a Bayly a Alfaguara. En fin, Bayly se encargó de aportar esa dosis desnudez necesaria, Bryce Echenique ya lo había hecho anteriormente con Un Mundo para Julius, obra maestra y sin comparación con la obra de Bayly, pero que representa claramente un vínculo entre él y Bayly por ser actores de carne y hueso quienes se desnudan y representan una clase en sí. Sin embargo su prosa cayó en la repetición y en el facilismo.

Para muchos, los noventas en la literatura limeña, el tema central de cada obra se reducía a: drogas, alcohol y sexo. Bayly se estancó tanto literaria como periodísticamente, intentando ser un camaleón entre la farándula y la política terminó perdiéndose en la candidatura presidencial. Augusto Álvarez Rodrich, periodista respetable, ha dicho que Bayly puede otorgarle cierta comicidad al actual panorama político. Estaría de acuerdo con él sino fuera por sus continuas “bromas” sobre indultar a Fujimori. ¿Se puede bromear con eso? Aun peor, cada vez que vuelve a repetir aquellas intenciones, su público asistente comienza a reír. La memoria es un asunto de deber no sólo nacional sino ético, en memoria de los fallecidos durante el gobierno de este señor. Hildebrandt acierta cuando le lanza el siguiente comentario: Fujimorista salido del closet.

Bueno, el Perú tiene lo que se merece. Por eso es que anda cojo y loco.

lunes, 11 de enero de 2010

MEDIO MUNDO




Hace poco estuve, por motivos de año nuevo, en Medio Mundo. Lugar ubicado a unos 14 km aproximadamente de la ciudad de Huacho. A primera vista la impresión que brinda es la de la simpleza y la humildad. El calor es comprensible, debido a su zona costera, hay cierto aroma a nostalgia y sus calles, aún sin pavimentar, te dan la sensación de familiaridad y serenidad anhelada. Las primeras casas que dan a la carretera sí mantienen un aspecto citadino similar al observable en Lima, o en el mismo Huacho, debido a sus pronunciadas similitudes es que Medio Mundo se destaca, por ser el sui generis del lugar.
Aún hay pocos habitantes, aunque la población ha ido creciendo gradualmente en los últimos años, sus casas son humildes, y van desde las construidas con material noble, así como hechas con madera, construidas por sus mismos dueños. El mercadito de la zona queda a unos cuantos minutos de la carretera, es pequeño y amigable. Un solo corredor lo compone y alrededor de 7 u 8 locales lo habitan. En las afueras se encuentra pequeños puestos de venta de fruta. El ambiente luce feliz, señoras ofrecen diferentes atuendos con motivos de año nuevo: lentes, bragas amarillas. Y claro, no faltan los fuegos artificiales con gran demanda entre los niños del lugar. Yo compro los necesarios en compañía de un amigo.
Ante todo lo mencionado falta recalcar que mi estancia se debió principalmente a la facilidad de hospedarme allí, ya que un amigo me invitó a pasar unas semanas en su futura casa de playa (que todavía se encuentra en construcción). Y lo mejor es que está ubicada en lo que será en algún futuro en el malecón de Medio Mundo, malecón que ofrecerá una hermosa vista de la laguna que atavía la zona. Desde el balcón de la casa se observa el humo que va trepando hasta el cielo, es el humo producto de la quema del junco que los pobladores se encargan de quemar cada cierto tiempo. Unos metros más allá se divisa un atardecer marino, las olas de la playa revientan contra la arena, desde mi lugar en la casa es como si las olas quisieran mojas las aguas de la laguna, desde este lugar aquellas dos distancias entre la laguna y el mar son casi insignificantes. El atardecer va cayendo sobre mi cabeza, tengo un libro en las piernas y un vaso de vino en la mano, cigarrillo en boca. Medio Mundo me ha devuelto lo que pensé extraviado en Lima, mi amor por una tarde, por la literatura y ha descubierto en mí algo insospechado, las ganas de crear sin dolor.