martes, 30 de diciembre de 2008

VERGÜENZA DE EXISTIR



Esta carta pública la escribí a mediados de Marzo de este año, que felizmente está acabando( claro, para los ingenuos tragicoreligiosos apegados a la normas católicas que nos dicen que la tierra solo tiene 2008 años, que creen que un hombre con barba resucitó al tercer día y es más, que nunca se tiró a María Magdalena, que es lo más increíble). Desgraciadamente publico esta carta nuevamente, ahora en mi blog, por la vigencia que ésta representa y por la mierda que aún se hospeda en mi universidad:




Imagén de la portada de The Wall de Pink Floyd




Título del disco de Rafo Raéz, el cual no he podido escuchar completo, pero que me he prometido hacerlo. Desde el primer momento me llamó la atención el título del disco, muy sugerente, y me pareció lastimoso que sea tan propicio para la realidad que nos toca vivir.

Da asco escribir sobre esto, da rabia, vergüenza, indignación, tener que escribir sobre estos oprobios actos que indignantemente representan a una entidad pública, una casa de estudios, cuya principal función debiera ser ofrecer al alumno una educación basada en la propuestas de ideas que se confronten, que se debatan. Donde se crea el diálogo se crea la democracia, el respeto (acaso olvidado y enterrado donde ningún arqueólogo pueda excavar), la equidad de trato hacia las personas.

¿Acaso señor DECANO es tanto pedir un trato justo y una educación digna? ¿Cuesta tanto pedir unas disculpas públicas hacia una estudiante cuyos meritos hablan por sí mismos al tratar de defenderse de personas, que como usted, arremeten su carácter misógino y xenofóbico contra una estudiante que merece todo el respeto que usted le ha negado?

Que circo tan interesante es la Universidad Nacional Federico Villarreal, donde reinan el caos, la barbarie, la estupidez. En estos momentos estoy escuchando una canción de Bernard Herrmann, maravilloso músico que hizo la banda sonora de Taxi Driver y me he puesto a divagar por mi mente si Robert De Niro no hubiese interpretado a un ex combatiente de Vietnam, digamos que combatió en la sierra durante la época del terrorismo, digamos por ejemplo que no sea taxista, digamos que se dedica a limpiar los pisos de este circo educativo(o dogmático) ¿Qué estaría pensando? ¿Estaría asqueado de ver que por esas personas combatió? (suponiendo que se combatió por personas y no por el mantenimiento de un sistema) Yo estoy seguro que sí ¿estaría acaso ese señor maquinando una forma de equilibrar la justicia matando a seres indeseables? ¿A proxenetas de la educación acaso?

En este circo no hay tetonas de Fellini, pero si hay algunos monjes locos y cegatones sacados de una novela de Umberto Eco, que intentan acabar y enclaustrar los deseos de superación de personas que desean nutrirse de conocimientos por los cuales decidieron postular.

Particularmente yo ingresé a una universidad en la que con problemas aún se podía respirar cierto clima de intelectualidad y de misceláneas. En un solo año que estudié con magníficos profesores como Augusto Lostaunau, Marté Sanchez y Rebeca Carrasco, pude aprender más que en los infructíferos ciclos siguientes en los que se dejó sentir el peso de un partido político que hace mimos con algunos y jode prácticamente con todos, o sea la nación que dice representar.

Que lástima que esto ocurra, pero por su puesto no vamos a ocultar de quiénes se está hablando, estamos hablando del Decano de la Facultad de Humanidades, el señor Germán Peralta, quien agredió verbalmente a la alumna Eugenia Abadía, motivo por el cual se realizó una marcha el 26 de marzo con la que se logró conversar con el rector de dicha casa de estudios, el señor Juan Escudero Roman, que hizo caso omiso a las peticiones valederas de la alumna, justificando el accionar del “Doctor” Peralta.

Para los que no están enterados del problema, uno de los muchos asuntos que se trató fue el de las disculpas y reconocimiento del círculo de estudios Manuela Sáenz, que el Decano se negó a reconocer, adjudicando que ese nombre pertenecía al de una prostituta (¿Qué ignorante no?) pero no le bastó con eso, pues claro que no, este señor siguió escupiendo veneno a través de su negra barba (yo no sabía que la lepra también se llevaba en la vía oral) diciendo que si ella se identificaba con una prostituta es su problema ¿indefendible no? Yo creía eso, pero el rector, empolvando aun más el poco honor que le queda a la universidad que representa, dijo que no es lo mismo decir: si te identificas con una prostituta a decir eres una prostituta (¿Homo Sapiens?) Señor rector, me imagino que usted debe tener esposa, e hijas, y si no las tiene me imagino debe tener primas, hermosas sobrinas, cómo no, madre, por supuesto ¿Qué sentiría usted si su defendible le dijera eso a sus familiares? Bon Appétit.








1 comentario:

minif dijo...

Realmente da naúseas ver como esta gente puede existir en una casa de estudios...no merecen estar ni ocupar ese lugar...!!