domingo, 25 de enero de 2009

TOP MANTA, PIRATERÍA E “ILEGALIDAD”


En España el término “Top Manta” hace referencia al comercio de CDs, DVDs. Y a cualquier artefacto que traicione el “copy rigth”. El término proviene, probablemente, del modus operandi de venta de estos productos, que se realizan en la vía pública, exhibiendo sus mercancías sobre una manta o sábana extendida sobre el suelo, lo que facilita recogerlos rápidamente en caso de acercarse algún policía que intente despojarlos de sus productos. Ya que este oficio es, obviamente, ilegal. ¿Por qué? Porque traiciona el “copy right” ¿Quiénes pierden con eso, los artistas? Pues no necesariamente, las disqueras sí. ¿Estoy a favor de los “piratas” (término utilizado en Perú para los Top Manta)? Tampoco, pero es un mal necesario y una hipocresía cultural consumista que nutre. Nutre a los degustadores de música radial, películas hollywoodenses, a los aprendices de melómanos, a los melómanos mismos, a los cinéfilos nostálgicos... En fin, llena los espacios públicos en donde se realizará la presentación de algún libro, de algún disco, en donde el porcentaje más alto que coreará algún estribillo lo hará porque compró un disco pirata. Es quizás, el mejor agente publicitario, el delito con mayor número de cómplices en el mundo.

Y el por qué hablo de esto, es debido a que en España, la tierra de Sabina, de Serrat, de Miró y de Almodóvar. Tiene en su Código Penal, en el artículo 270, una ley que condena con seis meses y hasta dos años (dependiendo el caso) de prisión para aquel que ejerza este “delictivo” acto. Según el portal http://www.publico.es/ de España, hay sesenta y tres detenidos en las cárceles de ese país por atentar contra la propiedad intelectual. En Marzo se realizará una reforma al Código Penal, en donde unos jueces han propuesto despenalizar el Top Manta.
La iniciativa de reforma, que también respaldan profesores de Derecho Penal y asociaciones vinculadas a los manteros, propone alternativas al ingreso en prisión. Entre estas, abogan por considerar esta actividad como una falta en vez de un delito, cuando la mercancía no supere los 400 euros. También sugieren que las penas sean de multa, sanciones administrativas o servicios a la comunidad”.

En el Perú, donde la piratería se traslada a la ideología y al trasvestismo gubernamental, el oficio de atentar contra la propiedad intelectual ha cobrado el cierre de muchas disqueras y tiendas dedicadas a la venta de CDs y DVDs. La pregunta es ¿Quién está matando a esta industria? ¿Los piratas? ¿Los consumidores de productos piratas? ¿O es la industria misma? El costo de fabricación de estos productos suele ser muy inferior al costo de venta, lo que en realidad compra el consumidor no es el producto, sino la “marca” del producto, la vigencia del autor en los Top Ten más importantes. ¿Hablamos de cultura? Conseguir libros de Antropología, que suelen rondar los setenta dólares en algunos casos, conseguir ver una película de Woody Allen, que muy pocas veces son exhibidas en el Perú, poder comprar un CD de Vivaldi suele resultar inaccesible para muchas personas. La piratería, resulta en muchos casos, una creación indeseada de la misma industria. Y es un dolor de cabeza para lo informal y lo ilegal. Un vendedor pirata puede fácilmente pagar a la SUNAT sus impuestos por vender tales productos y está “dentro de la ley”, pero viene INDECOPI y te hace la vida imposible, reclamando lo que también le es justo para ellos. El minotauro envuelto en su laberinto. Quieran o no, la piratería, como lo leí en una entrevista al grupo La Sarita, democratiza la cultura.

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